En el mismo instante en que Luis Félix “Zahorí” Etchevehere, el 7 de septiembre de 2009 pasaba a mejor vida, la empresa que administró a El Diario de Paraná durante décadas, comenzaba un raid sin rumbo. La empresa era propiedad de los tres hijos del fundador. Desaparecido “Zahorí”, el que asume el mando fue Arturo Roosvelt Etchevehere. El otro hermano, Ivar “Raucho” Etchevehere hacía rato había decidido vivir en la República Oriental del Uruguay alejado de los conflictos familiares. Arturo había sido bien asesorado y sabía que los medios gráficos por sí solos no podrían sobrevivir frente al avance de los medios electrónicos en Internet. Además, conocía al dedillo los usos y abusos que la viuda y los tres hijos de su hermano hacían en su beneficio.
Convencido que el negocio era inviable logró convencer al financista Walter Grenón que sus negocios financieros podían tener en El Diario una garantía a partir de la importancia que el entonces gobernador Urribarri le asignaba a los medios. De esa manera en el año 2010, Arturo e Ivar Etchevehere transfirieron el 66% de las acciones a Grenón. En ese momento El Diario tenía 18 valiosas propiedades y ese fue el botín del primer vaciamiento. De eso quedó poco y nada aunque Grenón y los Etchevehere enfrentan un complicado proceso judicial acusados de haber pergeñado una maniobra fraudulenta de vaciamiento. Los varones Etchevehere constituyeron una sociedad fantasma denominada Construcciones del Paraná S.A., dejando fuera a su hermana Dolores y a la cual se transfirieron propiedades por el 33% que les correspondía de SAER, mientras que el 66% se lo llevó Grenón a otras dos empresas con las que ya contaba, Nexfin S.A y Arroyo Ubajay S.A. Pero como Construcciones del Paraná no había operado económicamente hasta el momento, era necesario justificarle una tenencia de capital que hiciera que la adquisición de esas propiedades no fuera fraudulenta. Para esto se operó un flujo circular de dinero en el cual una mutual operada por Grenón denominada AMUS otorgó un crédito sin garantías de devolución a Construcciones del Paraná por alrededor de 1 millón de dólares, que luego esa empresa fantasma utilizaría para la compra de los inmuebles a SAER, y SAER devolvería a AMUS que ya funcionaba como su financista.
Grenón hizo su negocio, Paraná le quedó chica, vive entre Buenos Aires y Miami, pero antes le transfirió el 66 % de SAER al empresario televisivo Ramiro Nieto que tenía en la provincia algunos medios más chicos en la costa del río Uruguay. Sin experiencia en la industria gráfica y solamente apalancado por sus relaciones con el gobierno de Urribarri, Nieto se dio cuenta tarde que donde tocaba, salía pus. El fin del ciclo urribarrista lo desfinanció y la situación de El Diario y sus trabajadores transitó por situaciones muy difíciles.
Finalmente ocurrió lo inexorable, la empresa administradora de El Diario se presentó a concurso. Y como se dice comúnmente, la justicia que llega tarde no es justicia. ¿Qué pasó con el concurso preventivo de el Diario? Ya pasaron casi 4 años y hay decenas de trabajadores que ven desvanecer sus esperanzas de cobrar una mínima parte de lo que les corresponde. Sin embargo, no solo pasan los días y el juez que tiene que resolver, no resuelve. Los dimes y diretes se multiplican. ¿Estamos asistiendo sin saber al tercer vaciamiento de SAER?. El primero está en la justicia con Grenón, Doña Leonor y sus hijos como imputados. El segundo lo hicieron empresarios santafesinos que administraron más de dos años la empresa, cerraron la planta impresora, despidieron a su personal, imprimieron El Diario en la imprenta AGL que tienen en sociedad con Magnetto de Clarín, sobreimprimían 4 veces la cantidad de ejemplares que realmente se vendían y a un precio muy superior al de cualquier otra imprenta. Al termino del contrato de alquiler no hicieron uso de la opción de compra y se fueron con los bolsillos llenos.
Desde hace unos meses el matutino funciona bajo el mando de la sociedad cuyo mandamás es el empresario rosarino Orlando Vignatti. Antiguo socio de Daniel Vila y José Luis Manzano con quienes compartió épocas doradas, pero también disputas judiciales que se definieron a su favor para terminar quedándose con varios medios radiales y gráficos, entre ellos La Capital de Rosario y El Tribuno de Tucumán. Sin embargo, los nubarrones sobre El Diario son cada vez más densos. Supuestamente en ámbitos tribunalicios se debe resolver el Crown Down presentado por la nueva sociedad, pero en lugar de pagar a los trabajadores que nuevamente están con dos meses de atrasos de sus salarios Vignatti compró una Radio y ordenó instalarla en el edificio de El Diario sin siquiera solicitar autorización a la síndica designada por el Juez del concurso. Las incógnitas se agigantan con el súbito alejamiento del súper gerente de apellido Chessini que desembarcó hace 4 meses y de un día para otro desapareció sin siquiera retirar sus efectos personales. Nada se sabe de Nieto, los miembros de la famiglia Etchevehere están acosados por varias causas judiciales por las cuales tienen sobrados motivos para estar preocupados. El Diario de Paraná es un barco a la deriva y sin timón.